19 julio 2013

DISOLUCIÓN DE DEUDAS CON DIOS Y CON EL DIABLO (CAP 28)

Soy el ministro de luz que atiende la hipocresía de la gente que vive entre la oscuridad.
Si la poción con veneno hubiese sido real, Romeo muerto por amor regresaría en mi cuerpo para buscar a Julieta, matarla y luego así llevársela con él.
Soy el que lo ve todo, guerrero del bien que reina con la corona de Cristo que beso María mientras sudaban sus pechos turgentes luego de hacerle el amor de imaginación.
Si fuera usted no enviaría esa carta que escribió como despedida porque no es momento de despedirse, no es el momento de decir adiós. Nunca es el momento adecuado, jamás podemos decirnos, “llego la hora”.
El reloj corre sin escándalos, es una máquina, nosotros no. Yo no soy una máquina.
Aprendí a rezar con calma, con intenso amor por las plegarias. Aprendí a rezar y no por necesidad, no solo lo hago cuando  necesito rezar, si no cuando mi rutina del largo proceso con el que me he comprometido necesita que rece para liberar males. ¿Cuál es tu compromiso diario?
Estoy comprometido a rezarle a Dios para que me de fuerzas, pues aún sigo sin equilibrio, aun mi balanza no soporta, no marca este peso, soy demasiado para su soporte. ¿Dónde puedo pesar lo que siento?
Entre la claridad de mi enfermedad, sé lo que está bien para mi vida y se lo que no está. Eso sí es importante, porque sabiendo lo que tengo, cómo se cura, dónde y con quien hablarlo me hace sumar un padre nuestro a cada rosario. También se cuál es mi adicción y como trabajar duro para salir de esa etapa.
El problema se radica cuando no sabemos qué nos pasa, cuando no podemos describir con una palabra lo que sentimos, ni el porqué de tal cosa.
He pensado más en la muerte que en el amor, pues sé que si no tengo amor estoy muerto. El amor nos cura de todo mal, es la única medicina capaz de salvarte. Un abrazo es capaz de hacerte vomitar agua negra, agua estancada, agua salada. Agua desde las entrañas, quiero un abrazo.
Estas cosas se hablan, se cuentan y por nada en el mundo se guardan. Hablar también cura, hablar tiene en la punta de la lengua la solución. Podemos estar manejando un tren, nosotros somos la máquina de adelante y por cosas de la vida nos ataron vagones llenos de cargamento pesado. La máquina pide más leña, necesita aumentar la velocidad, no hay más madera para quemar en su caldera. ¿Se queda la maquina en el camino?, no. El maquinista, un señor sabio, que no necesariamente es un hombre viejo porque sabe, sino que es joven y sabio porque aprendió a tomar decisiones correctas, quito el encaje que une la maquina principal del tren a todos los vagones con cargamento pesado, y cuando quito “eso” que unía, dejo atrás “eso” que le impedía avanzar libre, el humo de vapor se convirtió en blanco, era limpio y puro. Tan bello que se amisto con las nubes.
Avanzar es mover o prolongar hacia delante, progresar o mejorar.
Me telefoneo mi padre, eran las ocho de la mañana y lo hacía para preguntarme si ya había conseguido empleo. Antes de presionar send, pensaba en lo molesto que podría ser para el decirle que aún estaba sin trabajo. Ignacio, hijo estoy preocupado por ti. Parecía una grabadora de algún buzón de mensajes. ¿Hola?, ¿papá como estas?, dije como si no hubiese oído su primera frase. Mi voz dormitada, de esa que es imposible eludir como despierta. ¿Ignacio estas durmiendo todavía?, ¿acaso no tienes que estar buscando empleo?, con tu madre estamos preocupados por tu futuro, no estudias, no haces nada de tu vida. Mi padre, continúo hablando unos minutos más como en conferencia de prensa familiar. No me dejaba hablar, debía escucharlo sin interrumpirlo porque suele ponerse de mal humor muy rápido y allá con él, estaba mi madre que tampoco debía tener ganas de acompañar ninguna cara de pocos amigos. Cuando dejo de hablar le dije, he buscado empleo todos estos días, lo vengo haciendo a menudo pero no me llaman para entrevistas, por complacer tu tranquilidad he buscado cualquier tipo de trabajo, así no tenga que ver con lo que me gusta hacer  a mí, así tenga que ir llorando a cumplir con mis horarios. No quiero estar haciendo un trabajo que no me gusta, porque sé que si lo tomo lo voy a dejar en menos de 20 días. Quiero, a mi edad, poder elegir lo que quiero hacer, quiero a mi edad, poder contar con tu apoyo para mis propios emprendimientos, yo soy quien maneja su futuro y tengo una gran carrera por delante, pero si en casa, ustedes y mis hermanos me van a cuestionar todos los días de mi vida como llevo adelante mi vida, porque a mi edad, es mi vida, pues no me darán ganas de cogerte la llamada otra vez, le dije casi llorisqueando.
Nuestros padres, en su mayoría, quieren para sus hijos una vida economía y social mejor o parecida a la de ellos. Generalmente intentan hacernos ver errores que ellos cometieron a nuestra edad, pero ellos no ven los errores que cometen a sus edades.
Yo sé, que para ser rico o tener una linda casa no hace falta estar todos los días, de todas las semanas, ocho o más horas en una oficina para poder tener eso que deseo. Nuestros padres quieren lo mejor para sus hijos, pero a veces eso que quieren no siempre es lo que sus hijos quieren y no siempre es lo mejor para ellos.
Aun se piensa que hay que estudiar una carrera de grado o universitaria para ser exitoso en la vida, pues no están equivocados. Encontré una forma de estudiar, de aprender y generar dinero sin ir  a la universidad y eso que hago se estudia también, pero claro, es según para muchos algo que no tiene futuro. ¿Pero que es el futuro? El futuro es eso que  hablan mucho los adultos, eso por lo que están tan preocupados, es eso en que ponen sus energías a menudo olvidándose del presente, vivimos el presente no el futuro. Todo eso que vendrá más adelante se puede prevenir, claro que sí, pero nunca sabremos si será realmente como lo planeamos, porque planear el futuro en estos días es perder tiempo y  no ganarlo.

Preocúpate por mí si ando vagabundo, oscuro, sin habla, sin sonreír. Preocúpate por mi sin me ves sin proyectos, sin autogestión, sin visión. Preocúpense por mí si me ven solitario, disminuido en peso, triste y sin presente, sin presente.