21 noviembre 2010

Jaque Mate (Cap 12)

Me enamoré inmedíatamente de su amplia sonrisa, yo recuerdo que había intercambiado mails antes pero nunca me había respondido entonces quedó todo en reposo. Nunca antes lo había visto y mucho menos había oído su nombre,una tarde acordamos en vernos sobre la vereda del cine de la ciudad
pero ese mismo día había discutido con mi madre por los horarios y los permisos que me daba,
entonces no pude estar presente en aquella cita pero luego llamó a casa y re programamos
la salida acordando ir a un club nocturno.
Ahí estaba el, medía un poco menos que yo, era igual al de la foto, llevaba un sobretodo marrón, entre cuadras ya distinguía su sonrisa. Me acerqué y quedé envenenado entre su perfume, parecía una película, las luces que iluminaban la cartelera de estrenos esa noche se encendían cada dos segundos, la luz golpeaba sobre su mejilla derecha, se levantó de la escalera de acceso y empezamos a hablar espontáneamente de nosotros, no dejaba de observarlo, sabia hasta cuantas veces pestañeaba por minuto. Nos divertimos mucho esa noche, un par de mujeres nos rodeaban en la pista y cada uno de nosotros tomo a una de ellas de la mano invitándola a bailar mientras sonaba una canción que al parecer ambos habíamos escuchado antes, en los estribillos nos mirábamos levantando nuestros índices. Nos retiramos antes que el dj toque la ultima canción, hacia mucho frio, nos disparamos detrás de un árbol y me abrazó dulcemente, me adormecí en su hombro hasta que un desliz provocó el principio de un beso apasionado. Sus labios traspasaban los míos, mi piel tomó calor por rozarse con la suya, estábamos excitados solo de estar abrazados. La patrulla se acerco a mirarnos, bajaron dos policías a hacernos la requisa y después se fueron, nosotros procesamos detrás del coche mientras ellos avanzaban hacia la calle principal. Luciano tomó luego un taxi y yo caminé hasta casa ya que no estaba a más de cuatro manzanas desde donde despedí sobre el taxi a Luciano.
Era el 18 de septiembre del 2004 cuando esa madrugada volvía a casa, ese mismo día Sebastian cumplía años y yo sin que el lo supiese ya lo había cambiado. Veía a mi vida como a un tablero de ajedrez, moviendo de aquí para allá mis piezas, la primer fila de cuadrillos estaba formada por mis propias defensas, la segunda representaba mis sentimientos, la tercera mi cuerpo y alma, por ultimo la cuarta, formada por la torre y los reyes que representaban mis recuerdos.
Dicen que la torre es como un árbol y en las cartas del tarot arcano simbolizan buen augurio dependiendo si esta sale del derecho o hacia abajo. Ahora debía encontrar a quien manejaba mi vida convertida en fichas, quien movía mis casilleros en realidad, era yo me pregunté, era dios? no lo sé.
Había sin darme total cuenta derrotado al Rey de mi contrincante ficha por ficha y es allí donde pensé si estaba jugando bien la partida.
Aquella tarde nos reunimos en la habitación junto a Sebastian para retirar cada uno sus pertenencias, pensé que llegaba temprano pero el ya estaba dentro tirado contra una esquina, moribundo, lloroso, asustado. Me acerqué junto a el y lo recogí de a pedacitos de el suelo, le pregunte que era lo que le pasaba y silabeando dijo, no me dejes por favor, yo te Amo.
Empezaron a caer lágrimas de mis ojos, estaba triste por el no por mi. Me senté junto a el mas tarde y oponiendome a su abrazo dijo que si yo fuese una mujer también se hubiese enamorado de mi. Por primera vez sentí recorrer el amor por mis brazos, nunca antes había sentido amor verdadero, ni de mis padres, ni de un hermano, nunca antes.
Nos besamos como si el planeta tierra tuviese dos minutos de vida, bésame y házme el amor, déjame unirme a tu cuerpo, dájame devolverte en besos todo el amor que siento por vos, quiero devolverlo porque no puede quedar encerrado en mi, no sabría que hacer con el, nadie lo
podría tomar porque es muy grande, no cabería en ningún ataúd porque el amor esta en el aire, el amor esta por todos lados, es como un gas que si esta junto a su otro componente se vuelve sólido y cuando este desaparece se vuelve gas, repuso.
Nos quedamos dormidos traspasados en alma y cuerpo, mientras soñaba que caminaba por una pradera color maíz llena de caballos blancos que galopaban a todo motor, yo corría detrás de ellos para devolverlos al corral de alambres púas, pero si que eran veloces, agitaba mis brazos para que me vieran pero no entendían mis señas, me rendí, estaba agitado, sin reparación, sin control de mis pulsos escuchaba solamente perderse el temblor que provocaban los caballos con alas sobre la tierra. Me desperté muy angustiado, di medio giro sobre la cama y estire mi brazo derecho
como si nadara sobre las sabanas azules, encontré solo un recoveco frío, Sebastian no estaba junto a mi lado. Me tiré hacia el piso en busca de el, las ventanas del tercer piso de nuestra habitación estaban entre abiertas, las cortinas blancuzcas revolucionadas por la corriente de viento frío que las atravesaba intentaban decirme algo, entonces me enrede entre ellas al momento de posarme sobre el ventanal, miré lentamente hacia el cielo cuando al bajar la vista reconocí sobre el tejado gris del primer piso el cuerpo de Sebastian ensangrentado, de espaldas
hacia mis ojos claros. Quería saltar en busca de su rescate, quería ser como los super héroes, de esos que vuelan para salvar a quienes se caen de gigantes edificios. Me atraganté entre
mis gritos, me di palmadas sobre el pecho culpándome, Sebastian estaba muerto, habia terminado con su vida a los veinte y nueve años. El amor que nos teníamos se había vuelto gaseoso y circulaba entremezclado con el viento. Bajé por las escaleras, el tropiezo me salvó de saltar casi doce escalones antes de llegar a el lugar, la puerta vidriada del primer piso estaba cerrada, tomé el matafuegos de la recepción y rompí el cristal para ingresar hacia donde yacía Sebastian, cai arrodillandome sobre los vidrios y lo sostuve entre mis brazos pidiendo a gritos que regresara en si, pidiendole a dios que me devuelva los caballos blancos de aquel sueño que tuve. Senti que dos hombres me desprendian de su cuerpo, me quitaban de sobre el hasta que desmayé por el forcegeo de los uniformados. Desperté al dia siguiente sobre una camilla en el hospital central, la primer imagen que tuve fue la de mi abuela que me abrazó fuertemente
cuando vio mis ojos abiertos, lloré mares sobre sus hombros hasta que recordé que quien llamaba a los caballos blancos desde el otro lado de la pradera color maíz era Sebastian.

14 noviembre 2010

AM Y FM (Cap 11)

Note que el pan francés no servía para hacer sándwiches, debería haber comprado pan integral esta mañana cuando hice las compras en el supermercado, me dije a mí mismo.
Sebastián y yo estábamos dentro de la cabaña porque afuera llovía a cantaros, llegamos a las dos de la tarde al camping teníamos pensado pasar todo el fin de semana. Sonaba música en altavoz desde su teléfono celular mientras dormíamos gran parte de la tarde, unidos, sin confusión,
adormecidos por el amor, uno sobre el otro, no hablábamos nada, solo observábamos las agujas del reloj. Empecé, una vez que salió el sol a recoger ramas para hacer fuego , debía cocinar la carne asada tal como lo prometí, algunas estaban aun húmedas así que no tuve mucha suerte, yo estaba empecinado con encender el fuego de todas formas. Recorrimos el predio acompañados de un perro guardián, decía el sereno que este casaba comadrejas, nos recomendaba no dejar
ninguna clase de comida fuera, eso las atraía y hasta podían estar durmiendo en nuestra cama sin notarlo. Puse cara de terror enseguida, puedo llegar a gritar tanto si siento esa cosa entre mis pies, repuse, Sebastián responde enfrente del sereno, anoche no gritaste de susto, o si? me eche a reír mirándolo. Ese día me decidí a pasarla bien , ya estaba de novio con un hombre y debía llevar la cara sonriente en alto. Más tarde volvió a chisporrotear y otra vez uno sobre el otro amanecimos. Despertar junto a su espalda era lo más maravilloso que había sentido, era tan fácil recorrer toda su piel con mi dedo índice , se deslizaba con facilidad, su piel era terciopelo , era suave , mi dedo no se atascaba en ningún sitio.
Que bello era cada momento a su lado, el miraba tras mis pupilas y podía descubrirlo todo en mi. Llevábamos poco más de diez meses amándonos
a su manera , a la mía también, amándonos sobre el césped de la plaza, desnudos en invierno por donde fuese. Alquilamos una habitación en el centro de la ciudad, entonces me ocupe de amoblarla ya que no tenía nada en su interior, Sebastián trajo desde su casa un escritorio y a cuestas
una caja con libros de lenguas para estudiar, el era ya un hombre grande no tenia que dar explicaciones de lo que hacía en su casa, gan diferencia la mía, yo si debía. Vivía atormentado por mi madre, llamándome por teléfono cada cinco minutos preguntándome donde y con quien estaba
, mi habitación en casa ya era casi la suya , mama revisaba todo lo que se le ocurría , ella sabia cuantos slips tenia , de que colores eran , no dejaba pasar nada, Eso me tenia mal , no estaba preparado para confesarlo , tenia miedo que ella me castigue alejándome de mis hermanos
, se que ella tenía miedo que ellos sean como yo , como si la homosexualidad fuese una enfermedad contagiosa. Valla estupidez.
Trabajaba duro con mi cuerpo, abría las piernas para caminar como hombre, me la pasaba horas mirando como caminaban ellos para asemejarme más, llevaba siempre las manos dentro de los bolsillos. Me volvía serio, me mutaba de día, cambiaba de noche.
Amaba la noche, tenía ganas de asistir a los clubes todos los sábados, pero Sebastián no me acompañaba, nunca tenía ganas, siempre había algo para estudiar. Yo, con un hombre de casi treinta años no me divertía tan bien. No veía mas allá de las noches hermosas que pasábamos juntos en los hoteles fuera de la ciudad. Estábamos en sintonías emisoras diferentes, el estaba en AM y yo en FM.
Una vez mudados en la habitación me propuso compromiso, llevábamos la alianza, encarnada sobre la piel, era nuestro símbolo amor.
En plenas vacaciones me la pasaba horas en el cyber café, Sebastián preparaba un examen muy importante y pasábamos semanas enteras sin vernos y una noche sin darme cuenta conocí a otro hombre.

09 noviembre 2010

CORAZÓN MECÁNICO (Cap 10)

Los días pasaban frente a la casilla de e-mails solitariamente esperando ese zumbido de aviso. Quería verle de nuevo sin importar donde ni a qué hora, solo quería que me sonriera un minuto más. Mi gran madre, Mi abuela, me desabrocho los últimos tres botones de la camisa diciendo en voz baja , así esta mejor. Sonó el teléfono de casa dos veces, se deslizó mi madre hasta el tubo, cogió la llamada y entregándome el aparato repuso - Es un Hombre.
respondí con voz de sorprendido , y empecé a actuar.
Quien era? - Un compañero, que hoy pasamos el día en su casa -
Preparé una muda de ropa, tenía pensado inventar algo para pasar la noche fuera de casa.
A las 7 nos encontrábamos en el lugar de aquella vez llegue veinte minutos antes, espere semi apoyado a una pared verdosa por la humedad que llevaba años sin darle un golpe de sol. Ahí baja del taxi mentalicé, esperé que viniera hacia la esquina, nos abrazamos fuertemente debajo la copa del arbusto florecido, testigo todos los días de nuestros delitos.
Viniste con tus hermanos también ? - esta vez no, repuse - (me eché a reír).
Caminamos por el parque, cada segundo que pasaba conocía un poco más de él, registraba su cara en mi mente para recordarle cuando no estemos juntos. Estaba nervioso, sabía que en algún momento nos besaríamos, nunca había hecho algo así. Estaban mis manos completamente mojadas, las pupilas en sus ojos ocupaban todo el contorno de su mirada cada vez que nos acercábamos.
Me confesó que su verdadera edad era mucho más que 22 años, tengo 27 años dijo pronunciándolo en silabas mientras mordía sus labios.
Qué?, repuse de inmediato, estaba asustado yo recién cumplía diecisiete, diez años mayor que yo.
Repose la vista sobre un faro de luz cubierto por luciérnagas que encendían sus lucecillas cada vez que este se apagaba, me des concentré hasta que su chasquido me hizo volver en si, creo que la edad no debe ser un problema, en realidad me da igual, dije.
Nos tendimos en un cálido abrazo, sentí como disminuían sus latidos, erizaba en mi su respiración, las luces seguían titilando hasta que se apagaron definitivamente. Tomó con su mano la mía y la llevó apoyándola en la esquina de una de sus piernas, estábamos a oscuras y los automóviles hacían juegos de luces al pasar por la cuadra, olvidamos todo al rededor, acercamos nuestros rostros y dejamos morderse entre si a nuestros par de labios furiosos, las luciérnagas bailaban entre ellas a un costado, silenciosas alumbraban color rosa sobre la tierra, guiando el camino para no tropezar. Cómo olvidar aquello tan perfecto, nunca ha de olvidarle, anote en mi corazón. Sebastián abrazo mi hombro y confesó que yo era también su primer hombre, me sentí importante, me sentí mas grande.
Ahora debía enfrentar a mis padres en el regreso a casa, se había hecho muy tarde.
Mientras avanzaba semáforos el colectivo que me llevaba hasta la calle principal donde vivía, miraba tras el cristal los carteles de las tiendas cerradas, se caía poco a poco una lagrima que traspasaba mi ser, estaba emocionado y a la vez triste, algo bueno me tocaba pero para mantenerlo tendré que sacrificarme toda la vida, pensé, no sabía cómo llevar adelante la situación, me sentía bien pero no por completo, pensaba lo peor mientras recordé que ya habían pasado dos cuadras desde donde vivía, me levanté para bajarme y resbalé del asiento y caí en el centro de la escalera de descenso, dos escalones faltaban para morir, la puerta estaba medio abierta y el coche estaba en movimiento. No emití sonido alguno, camine adormecido por el golpe hasta casa, seque mi cara con el puño de mi abrigo y deje mis cosas sobre el primer sillón de la sala, mama dormía, me recosté y dormí tal cual estaba.
Las cosas cambiaron, de un momento a otro deje de asistir a clases, y Martín se armaba un sermón todos los viernes en la cena

A- Papá, estoy de novio, dije sin pensarlo
Me miro abriendo sus ojos hasta que la costura de su operacion le avise que rompería en cualquier momento.
B- Ignacio, que buena noticia, cuéntame como se llama, es tu compañera de clases?
A- Se llama (titubé) sol, y no es de la escuela.

Mama no dejaba de sonreír, quería que empiece a masticar el pollo para que dejase de tener la boca abierta como pez. Tenía por dentro un fuego en la sangre, estaba mintiendo, estaba evadiendo impuestos, de inmediato Martin organizo una cena con ella en casa, ni lo pienses, le dije, no vendrá hasta que sea algo más serio, no tiene sentido ahora.
Es verdad agregó mi Hermana menor.
Agendé el numero de Sebastián en el celular de papa así le enviaba mensajes porque habíamos planeado vernos esta tarde por decima vez. Salí para el centro a nuestro encuentro, subí la calle paralela, lloviznaba, llegue hasta el descampado en Villa Jardín de Reyes
y ahí espere, a kilómetro olía su perfume, el viento me lo quitaba de la nariz cada vez que la neblina me cegaba, llego con el teléfono al oído y cuando se acerco me hizo una seña para que no le hablara hasta que cuelgue la llamada.

A- Era tu papa Ignacio.
B- Martin? te llamo él?
A- No, fui yo porque pensé que el numero era tuyo y como estaba lloviendo te llame para que me esperes en otro lugar, entonces atendió y le dije que me había equivocado de numero y colgué.
B- Yo agendé tu numero en el celular de papa como Soledad.

Sebastián me observo tenso y yo a el también. Llegue a casa antes de lo que había acordado con mama, Martín estaba viendo futbol cuando me observo entrar, silenció el televisor y tomó el teléfono entre sus manos anchas , me lo mostraba a la cara diciendo;
- Me llamó un chico desde el número de sol, Le pregunte quien era y me colgó -
Dio media vuelta sin esperar que le respondiese y subió los pies descalzos nuevamente al sillón más pequeño para retomar el partido que tan entretenido lo tenía.
Tragué lentamente oxigeno, mi piel estaba coloreada por un azul a punto de tornase violeta intenso, encendí en mi habitación un cigarrillo, busque mi canción favorita
(Duffy - Stepping Stone) y desde mi espalda me arrastre hasta tocar el piso, otra vez quede dormido mientras el replay no dejaba de tocar la melodía.




RECUERDO QUE HACE MUCHO
DIJE QUE NO QUERIA VOLVER A VER TU ROSTRO DE NUEVO
PORQUE TU ESTABAS AMANDO, SI, ESTABAS AMANDO A ALGUIEN MAS
Y ME DI CUENTA OH SI, ME DI CUENTA QUE NO PODÍA CONTROLARME A MI MISMA
Y AHORA TE HAN TRAIDO DE VUELTA A MI VIDA
ENTONCES PUSE UNA CARA IGUAL A LA DE TU AMIGO
PERO CREO QUE LO SABES OH SI, TU SABES LO QUE ESTÁ SUCEDIENDO
PORQUE LOS SENTIMIENTOS EN MI OH SI, EN MI ESTAN CRECIENDO FUERTES


PERO NUNCA SERÉ TU ESCALÓN HACIA ALGO NUEVO
TÓMALO TODO O DÉJAME EN PAZ
NUNCA SERÉ TU ESCALÓN HACIA ALGO NUEVO
ME MANTENDRÉ EN ESA POSTURA


TU SOLÍAS LLAMARME A CADA RATO
Y VA A SER DEMASIADO DIFÍCIL PARA MI NO CRUZAR LA LÍNEA
LAS PALABRAS DE AMOR QUEDARON EN MIS LABIOS COMO UNA MALDICIÓN
Y ME DI CUENTA OH SI, Y ME DI CUENTA QUE SOLO EMPEORARÍAN LAS COSAS
Y AHORA TIENES LAS AGALLAS PARA ANDAR JUGANDO
DE LA MANERA EN LA QUE EL VIRTUOSO IRRUMPE EN MEDIO DE LA CANCIÓN
TU TIENES TUS PASATIEMPOS, PERO NO ME INVOLUCRES EN ELLOS
Y MIENTRAS MENOS ME DAS, YO MAS LO DESEO TONTAMENTE

NUNCA SERÉ TU ESCALÓN HACIA ALGO NUEVO
TÓMALO TODO O DÉJAME EN PAZ
NUNCA SERÉ TU ESCALÓN HACIA ALGO NUEVO
ME MANTENDRÉ EN ESA POSTURA


(Duffy - Stepping Stone)

02 noviembre 2010

DOMESTÌCAME (Cap 9)

Ahora llevo diecisiete años encima y no llevo puestos tacones, no conozco muy bien, ni se para que sirve el rouge, hay media docena de tratamientos de Belleza sobre el ante baño. Parezco un ave que limpia de a picotazos sus alas negras, esta ave no quiere esperar hasta la primavera para poner sus huevos. Ahora mi jaula se hizo pájaro, mi piel se descascara y los pies se mueven al ritmo de cada canción.
Las cosas en casa no van muy bien, mama hace de cuenta que no pasa nada y Martin tiene cara de pocos amigos todo el día, yo estoy dentro de una procesadora, de esas Familiares, y dentro me acompaña cuatro limones exprimidos, me voy lavando, me voy llenando de acido cítrico para prevenir enfermedades. Llevo el cabello largo hasta los hombros, motivo para que Martin quiera llevarme con su amigo Gerónimo para cortármelo tan corto como a el le parezca, yo repuse que ya era grande, que quería decidir como quería peinarme. La decisión estaba tomada y durante quince minutos jugo con su maquina podadora sobre mi cabeza, corto desde la raíz,mis orejas parecían mas grandes y no me hallaba muy cómodo, pensé en no soltar ni una sola lagrima frente sus ojos, apenas llegue a casa me metí debajo la ducha y me acurruque con mis manos echándome a llorar furiosamente.
Al salir del baño Martin comenta por sobre la voz que ya me parecía mas a un hombre. Me llamo hacia la sala, me pidió que le enseñe mis manos, agarro con mucha fuerza dedo a dedo, empezando por el pulgar y recorto mis uñas al ras, los dedos me sangraban, mientras lo hacia, veía muestras de regocijo en su cara, sacaba la lengua apretándola con los dientes y labios
estaba dedicado a tomar partida con mi uñas, las cutículas ardían como fuego, sufrí callado cada recorte hasta que asomo mama al lugar preguntándole porque se había ensañado tan cruelmente conmigo. Martin no menciono ni una sola palabra.
No podía ni si quiera tomar una taza con mis manos, hasta los toques suaves dolían en las esquinillas de mis dedos. Me recosté y quede dormido hasta el día siguiente. Se comentaba en la escuela que uno de los integrantes del equipo de básquetbol, que representaba en los campeonatos
a nuestro prestigioso establecimiento, era homosexual, en los baños, todos los días encontrábamos grafitis denunciándole públicamente. Fabián, por otro lado no daba cabida a los rumores y simplemente no contestaba, no le llevaba el apunte. La directora envió un comunicado, ponía en pie de guerra a los responsables ofreciendo recompensas a quienes aporten datos. Nuestra escuela es católica, en ella no se puede mencionar la palabra gay, ni es permitido hablar de sexo. Somos esclavos de la palabra divina del señor, somos sometidos a ideas basadas en libros, en historia.
Que pasaría si Fabián lo fuese? El cardenal lo expulsaría del templo?. Las cuestiones sacerdotisas son complejas, existen casos de violaciones y acosos sexuales por parte de los dictadores de la palabra. Yo no creo en la iglesia, solo creo en aquel hombre que lucho por nosotros y partió de su pan para alimentar a los pobres.
Creo en mi propio dios, creo a quien le pueda abofetear la cara cuando me venga en gana. Creo en quien pueda ver, en quien pueda tenderme en un abrazo no solo cuando lo precise. Que pasaría si al dios que ustedes rezan no existiese? Por ese miedo yo me decidí a creer en mí. La iglesia cristiana entre otras forma parte Del ente más discriminador del mundo, a los homosexuales, hombres de carne y corazón rojo como Jesús, los tienen catalogados como hijos del demonio.
Jesús no menciona en esos escritos que debemos dividirnos de aquellos hombres que aman a otros hombres de un mismo sexo. Amar es amar sin diferencias, como al hijo del prójimo o como al hijo del esposo. No pueden domesticarnos porque no somos animales, no somos aves de magos mágicos ni mucho menos hormigas obreras. Somos unísonos en nuestras elecciones cuerdas, somos jaulas que se hicieron pájaros.
Lloro desafinadamente contra una cuarta parte de la pared que sostiene un costado de mi cama, Necesito saber si en un futuro voy a ser como Martin y mama, o por elección seré lo que quiera ser. Llorar no es un acto de debilidad, al contrario, es un accionar con garras de tigre, llorar es desterrar a Jesús de el alama, es gritar en voz baja, Llorar es curar por si mismo las enfermedades toxicas que acumula el cuerpo. Noto que mama revisa mis cosas, veo que lleva puesta en la frente una lupa detective, es recta,es directa, me quiere para ella sola, esta actuando egoístamente.
Estaba con dos amigos del barrio, sobre la vereda del club, a tres cuadras de casa, era feriado y corría viento sud, mariano le comenta a quien estaba a mi lado que yo estaba bajo de peso, entonces se lanza por detrás de mi espalda levantándome con la intención de medir mi peso me eleva por arriba de su cara, cuando toco tierra firme escucho a mama desde la esquina, cruzó la calle en un santiamén, como si vendría a buscar algo que le pertenece, traía en sus ojos lagrimas acumuladas desde el verano.
Se accidento frente a mi nariz preguntándome bruscamente que era lo que estaba haciendo. Me tomo del pescuezo como una puma lleva a la guarida a su cachorro y me entrego a Martin haciéndole señas de lo que ella había visto o entendía.
El león quebró con sus colmillos un retazo de tabla y me dio con ella por todo el cuerpo hasta que la madera se hizo astilla, hasta que la madera se hizo aserrín, hasta que la madera se hizo polvo de carpintería.
Que podía entender el puma y el león si eran animales de la selva me dije así mismo. Mi abuela corrió por los pasillos para ayudarme pero ya era tarde, sin mostrar pena me introduje en la bañera totalmente vestido, cerré los ojos, quite el aire de mis pulmones y deje hundirme por completo.
Durante meses se sostuvo el silencio en la mesa, yo respondía lo justo, podía decir si o no. Había jurado convertirme en hombre, había prometido abrir las piernas mientras Caminase, hablar de futbol los domingos y llevar a una novia a su mesa.
Jesús, yo se que nunca voy a misa, se que no me estas escuchando pero quiero que me ayudes. Jesús quiero confesarme, siento que estoy yendo contra mi voluntad , no puedo sostener los besos sobre la frente de Sofía, me cuesta hablar con voz aguda, Jesús estoy pecando, el sr no respondió mi pedido, pero me limpio el alma.
Se ha puesto de moda en la ciudad los cybers café, espacios de recreación con una gran convocatoria por el uso de internet. Martin se fue de campamento con mis hermanos asique aproveché la tarde para conocer el lugar, era la primera vez que usaba internet y no sabia de que se trataba, si bien en el instituto asistíamos a clases de informática el cardenal había prohibido el uso de internet, temía que nuestras mentes vuelen. Sobre el mostrador atendía un hombre de unos veinte y cinco años, rubio, de profundos ojos celestes.

A- Hola que tal, tendría internet para mi ? El hombre me miro fijo a los ojos y soltó una sonrisa.
B- Si, por supuesto, pase por el box 21
A- Bien, gracias.

Tome asiento sin estar seguro que debía hacer exactamente entonces observe sobre el monitor un mensaje en donde si necesitamos ayuda no dudemos en consultarle al operador. Le envié un mensaje y de inmediato estaba en el box. Me puse nervioso, sonrojado le hable

A- No se como, como hacer...
B- Como crear la cuenta de correo electrónico?
A- Si, eso quise decir.

Todos los días aprendía un poco mas con la escusa de buscar información para la escuela. Ya utilizaba el chat y estaba comunicado con personas de todo el mundo. Me había decidido a contactarme con chicos de la ciudad para hacer nuevos amigos. Empecé a descubrir a compañeros de el instituto, inclusive a Fabián, el estaba de novio con Javier tal como se decía.
Una tarde empecé a charlar con Sebastián, un estudiante de lenguas de 26 años. Más bajo de estatura que yo, tez blanca, ojos miel.
Sebastián me propone un encuentro para conocernos un poco mas, llevábamos dos meses hablando por la red que me decidí a conocerle. Martin no me dejaba salir de casa, si no salía con mama no había forma de dar una vuelta por las tiendas de ropa. Sebastián vive en el centro de la ciudad y para llegar tengo que tomar un colectivo, unos quince minutos
de viaje me llevan hasta la plaza principal, algo se me tiene que ocurrir para poder arreglar el encuentro. Llego el domingo y les propuse a mis dos hermanas menores, llevarlas al parque, mama no se oponía asique esa tarde nos preparamos para estar en el centro al rededor de las diecisiete horas. Tome el teléfono y le llame a Sebastián para confirmarle el horario.
El parque estaba repleto de niños jugando, hacia una buena tarde, compre dos tickets para que maría victoria y paz den una vueltecilla en unos ponis de alquiler, la ronda duraba unos treinta minutos. Me dirigí hacia la calle paralela porque ya estaba sobre la hora y ya debía estar esperándome Sebastián. Esperándole en una esquina, yo bestia una camisa celeste, doblada hasta los codos y un pantalón claro. Desde la otra esquina bajo de un taxi el, era como yo lo había imaginado, mientras se acercaba hacia mi sonreirá, como si nos conociéramos de toda la vida y hacia tiempo que no nos veíamos, nos quedamos mirándonos sin decir nada por unos segundos hasta extender la mano para saludarnos.

A- Hola Ignacio, me esperas hace mucho?
B- No, en realidad recién llego, tengo a mis hermanos en el parque, no podía venir solo.
A- No hay problema, yo quiero conocerlos
B- Si claro, pero en un par de minutos porque están dando una vuelta en poni.

Se hecho a reír dulcemente, caminamos media cuadra hasta el bar de el parque, pidió dos licuados de frutas y conversamos profundamente.
Empezó a oscurecer y sin darme cuenta olvide que ya hacia mas de veinte minutos había terminado la ronda de mis hermanas. Levantamos los pies velozmente y corrí hasta el puesto de alquileres el dueño respondió que se habían sentado en el banco de enfrente a esperarme pero después los perdió de vista. Sebastián me alentaba para que los busquemos, recorrimos todo el parque y no los encontré, estaba sumamente asustado ellas nunca se manejaban solas, no sabían volver a casa. No sabia que hacer, ya no quedaba ni un solo niño en los juegos los carros de dulces habían cerrado y debía estar de regreso a las veinte horas. Le pedí disculpas a Sebastián tantas veces creía necesario el calmaba mi espalda reponiendo que ya las encontraríamos. Se me ocurrió ir a la comisaria más cercana y hacer la denuncia, necesitaba ayuda. Grite llamando a un taxi desde la mitad de la calle y nos dirigimos hacia la comisaria, apenas llegue las vi sentadas sobre el banco de acero, llorosas, asustadas, nos tendimos los tres en un
abrazo. Llegamos a casa después de la hora autorizada, mama nos esperaba afuera, le comente que se habían perdido pero que todo había sido una confusión. Apenas apoye la cara sobre mi almohada hasta el otro día no deje ni un segundo de pensar en el, apenas me levante le respondí con una llamada.
Una voz predispuesta a ayudarme estaba de el otro lado, me sentí bien.