11 marzo 2013

EL VACÍO DEL RÍO (CAP 26)

Las sensaciones son escenas teatrales donde todo lo que sentimos es acto de nuestra imaginación. Las sensaciones no forman parte del conjunto de los recuerdos porque estos son acciones vividas en un tiempo pasado. Preparar lápiz y papel para decir lo que siento es una sesión terapéutica en donde mi corazón escarcha se descongela a veces o se hiela otras. Estoy de acuerdo en reafirmar que una sensación es una forma de expresar mental y corporalmente algo momentáneo, pero, ¿de que me servirá lo que es fugaz y nunca formará parte de mis recuerdos luego?, aquello que quizás no es real, no es tal cual yo lo imagino ni tampoco irá acompañado de agua lluvia, agua que humedece la ciudad para después subir a las nubes de otra forma para volver a humedecerla mas tarde. Después de pensar con el corazón en el microondas, sin el dije, si prestáramos atención a cada segundo de nuestros días, quizás tengamos en frente posibles respuestas de todo aquello que cuando sucede no tiene en su caja una explicación inmediata y razonable. Entonces con el órgano descongelado, en su temperatura natural lo introduje en su cavidad nuevamente, para con el, limpio, sano y sin hielo emprender el camino de la comprensión neutral de las cosas para que en un presente y futuro no volver a pisar sobre las huellas de todo ese trayecto que hice y no quiero volver a transitar. Tener la sensación de algo es una señal, es un llamado de atención que nos precave sobre algo que puede ocurrir como lo sentimos o que solo nos introduce apenas a lo que será. La sensación no es lo mismo que un presentimiento, la sensación es un campo de estudio que en general se considera el punto de partida para la investigación de los procesos mentales o cerebrales. No todos los seres humanos tienen la capacidad de investigar por si solos sus sensaciones, esto, va mas allá de las galaxias y generalmente tiene un mensaje claro que nos permitirá, si somos los elegidos en leerlo y aplicarlo a nuestra vida. Yo se lo que sucederá conmigo y con lo que me rodea, tengo la sensación clara sobre el iris y el miedo sobre las pupilas. Tengo las pestañas hacia abajo y el parpado con candado. Los oídos sordos de día y agudos de noche, tengo las ganas con olor a baúl de madera vieja, caja que guarda el tesoro del cambio. Tengo el mapa, voy a desenterrar todo lo que necesito, quiero llenar el río vacío. Quítame esto que llevo en la mente, dame una razón grande como la carpa de un circo, una razón que me permita creer que esto no terminará despidiéndonos con postales de la ciudad que tanto quieres conocer en el otro lado del continente, la ciudad donde la nieve es césped de los caminos en primavera. Ven hacia la cascada de mi vida y llena mi rio vacío, estoy sobre el tramo mas alto de la montaña, mi rio vacío necesita recuperar su naturaleza divina que perdió con años seguidos de tormentas secas. ¿Traes agua para el rio?, tienes aquello que quiero. Quiero sembrar paz sobre tu boca que no se equivoca cuando pronuncia mi nombre, paz que no quiere guerra, no tengas miedo no se venden balas ni cañones con dinamitas. ¿Tienes la misma sensación que yo?, investiga tus sensaciones, yo conozco sobre ellas, son las mismas que tengo yo. Ven, dame la mano, ahora abrázame, no caigas sobre mis pies, no te pises. Ve despacio hacia la cintura, respira profundo, imagina, déjate llevar, ¿sientes algo?, la sensación del rio llenándose me dijo. Se abrió la compuerta, viene bajando veloz, el agua baja con fuerza, trae piedras y peces, colores y sabores, oro y espadas, agua salada y batallas ganadas. No te detengas, espera un tiempo antes de entrar a nadar sobre sus delfines, el anfibio debe acomodarse, la grapa debe reposar sobre la profundidad y para cuando el agua permanezca clara yo estaré sobre una canoa con remos esperándote, uno para ti y otro para mi, ¿tienes ganas de remar?, vamos, recorrámoslo.

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